Las enfermedades cerebrovasculares agudas o ictus son consecuencia de una alteración de la circulación cerebral, que ocasiona un déficit transitorio o definitivo del funcionamiento de una o varias áreas del encéfalo.
Es un trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral que altera de forma transitoria o permanente la función de una determinada región del encéfalo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lo define como un “síndrome clínico, presumiblemente de origen vascular, que se caracteriza por el desarrollo rápido de signos de afectación neurológica focal y que duran más de 24 horas o llevan a la muerte"
Es una de las primeras causas de mortalidad en el mundo occidental, siendo la primera causa de incapacidad y de coste económico sanitario, repercutiendo a nivel familiar, profesional, laboral y social.
Según mecanismo de producción:
– Isquémico (80-85%)
Según duración del proceso:
– Hemorrágico (15-20%)
El ‘Código Ictus’ es un procedimiento de actuación basado en el reconocimiento precoz de los síntomas y signos de un Ictus, con la priorización de cuidados y el traslado inmediato a un hospital en el que el paciente se pueda beneficiar de una terapia de reperfusión y/o de los cuidados especiales de una Unidad de Ictus (UI).
Síntomas y signos:
-Pérdida de fuerza repentina en la cara, brazo o pierna, especialmente si es en un sólo lado del cuerpo.
-Confusión repentina o problemas en el habla o la comprensión de lo que le dicen.
-Pérdida repentina de visión en uno o en ambos ojos.
-Dificultad repentina para caminar, mareos, o pérdida del equilibro o de la coordinación.
-Dolor de cabeza fuerte, repentino, sin causa conocida.
-Dificultad para tragar.
-Trastorno de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormiguillo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo, de inicio brusco.
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